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¿Qué hago ahora?
Las crisis de separaciones con hijos/as son un añadido que complica más la situación que estás viviendo ante la ruptura con tu pareja., ya de por sí dura y con mucha incertidumbre. Soy consciente de ello.
Sin dejarte arrastrar por la adversidad y poniendo el punto positivo, te digo por mi experiencia que no es imposible. SE SUPERA.
La crisis de separación con hijos/as constituye una crisis de transición, de paso hacia el crecimiento, desarrollo de habilidades que ni siquiera sabes que tienes y que te lleva a quererte mucho más a ti misma.
Hay que transitarla, aprender de ella y dejarla pasar.
Si tomas este periodo como una evolución de crecimiento, desarrollarás tu poderío personal.
Te invito a que reflexiones sobre la siguiente frase:
Para que haya un cambio, tiene que darse una determinada dosis de conflicto que te lleve a dar el paso.
¿Te resuena? ¿Crees que es así?
Yo opino que dependiendo de la forma en que utilices el conflicto te puede servir de avanzadilla o de freno.
En mi ruptura, el conflicto siempre fue motor de avance.
Me hacía ver una realidad que yo no aceptaba para mí.
Piensa de forma consciente, ¿El conflicto te paraliza o te lleva la acción?
Cuéntame en comentarios.
He estado leyendo a Milne y me ha gustado mucho su enfoque sobre los conflictos, comenta que dependiendo del tipo de separación con hijos/as el enfoque del conflicto puede ser:
1 PRODUCTIVO. Conduce a una solución creativa que podría haber pasado desapercibida de no existir la disputa.
2 FUNCIONAL. Provoca distancia emocional necesaria entre dos individuos dolidos.
3 DESTRUCTIVO. Conlleva tensión prolongada, produce hostilidad crónica, reduce de manera drástica el nivel de vida, aumentado el estrés, perjudica el bienestar psicológico y destruye las relaciones familiares.
No hay duda que las rupturas con hijos/as generan dolor en todos los miembros de la familia, especialmente en ellos/as.
Siendo las familias que se quedan en el conflicto destructivo las más vulnerables.
De sobra sé, el daño que esta frase puede hacer en ti o al menos conmigo resuena mucho.
Aquí la culpa sale a flote para pasar luego a la ira que proyectamos en la persona que nos está haciendo sufrir, la expareja.
Me gustaría recalcar, que los efectos de los conflictos no deben ser concebidos como perniciosos, sino como una oportunidad, siempre y cuando se resuelvan.
En este tipo de crisis; de separaciones con hijos, la incomodidad que plantean los problemas requiere de tareas de adaptación para toda la familia, que permitan: “llorar las pérdidas ocasionadas”.
Al mismo tiempo, hay que hacer frente a los numerosos y radicales cambios que se producen desarrollando la capacidad para negociar y re-organizarte, de forma que se salvaguarde el desarrollo de todos/as.
Esto pide un esfuerzo importante por tu parte para que las discusiones se reduzcan y la relación sea cordial.
A su vez te garantiza la continuidad de tus funciones parentales y evita que los hijos/as queden atrapados en el interior de las desavenencias.
Para eso, es importante que a la par, vayas adquiriendo un conocimiento profundo de tus crisis no resueltas y habilidades para alcanzar tu poderío personal.
Haz un pequeño recorrido por tu biografía, salpicada de acontecimientos positivos y negativos, salpicados de alegrías y tristezas de esperanzas cumplidas y expectativas frustradas.
Los sucesos buenos tienen que servir de ancla, ya que como bien sabes, no son los que te hacen superarte, sino disfrutar.
Es en los momentos duros donde te conoces de verdad desarrollando habilidades nuevas.
Como te decía en el título 4 situaciones enigmáticas que debes dominar en las crisis de separaciones con hijos/as y así llevarte bien con tu expareja.
Quiero hablarte de cuatro elementos que aparecen en momentos de cambios y que si no se trabajan bien, la pérdida, no será abordada de la manera más adecuada y los desajustes se cronificarán.
Quiero contarte antes algunas cosas que también son interesantes, así que lo veremos más adelamte.
Como le digo a mi hija, la paciencia es la madre de la ciencia.
Ten en cuenta: Pasas varias crisis a lo largo de tu vida
Pittman (1990) propone que una crisis de separación con hijos/as se produce cuando una tensión afecta al sistema familiar, exigiendo un cambio en su repertorio usual y permitiendo, además, la entrada de influencias externas de una forma incontrolada.
Me ha parecido muy interesante la clasificación que hace de la separación como una crisis, describiendo cuatro categorías:
1 Desgracias inesperadas
Son sucesos imprevisibles, cuyas causas suelen ser extrínsecas, es decir, fuera de la familia (Fallecimientos, accidentes, coronavirus…)
Su solución puede suponer un esfuerzo común para adaptarse a la situación nueva.
También se puede implicar el riego de buscar culpables y generar mecanismos de ataque, defensa.
2 Crisis de desarrollo
Son universales y previsibles.
Forman parte de la evolución normal de cada familia (Ir a vivir juntos, tener hijos/as…)
La superación adecuada de esta crisis facilita el crecimiento.
3 Crisis estructurales
Son recurrentes y se insertan en las pautas de una familia (Alcoholismo, psicosis, enfermedad crónica incapacitante…)
Suelen manifestarse en un solo miembro, aunque afectan a todo el núcleo familiar, de forma que dificultan cualquier posible proceso de cambio.
4 Crisis de desvalimiento
Ocurren en familias donde los propios recursos se han agotado o son ineficaces.
Dependen de instancias externas (Recursos sociales, incapacidades crónicas…).
Al observar esta clasificación, yo incluiría la separación con hijos dentro de la categoría de crisis del desarrollo.
Estarías ante una auténtica situación adaptativa, cuyo resultado una vez superada, debe colocar al sistema familiar en un punto más avanzado de su crecimiento.
Tengo que decir, que por muy optimista que yo quiera ser e intentar trasmitir, separaciones con hijos que no se resuelven.
Quedan enmarcadas en las restantes categorías, donde la capacidad para tomar decisiones se ha visto tan disminuida que ha generado una dependencia de la institución legal.
El quedarte con una única opción es un error y en este caso, desgastante.
Busca, consulta, muévete.
Hay más alternativas que te van a permitir llegar al siguiente nivel de equilibrio y serenidad.
En este artículo te propongo otras soluciones “legales” y equilibradas para resolver tus conflictos.

En este tipo de espacios, tienes libertad absoluta para expresar tus deseos y emociones.
*Trabajaremos en equipo con la petición de necesidades.
*Adecuado a cada caso en concreto.
*Para llegar a un objetivo común y equilibrado.
En la sesiones de mediación se tocan estas 4 situaciones enigmáticas para entenderlas y conseguir que se disuelvan.
¿Por qué enigmáticas?
Porque poca gente es consciente del poder de devastación que puede causar en tu familia.
Vamos a verlas, una a una, para aportarte claridad y hacerte reflexionar hacia dónde quieres dirigir tu vida.
1. ¿Por qué ahora tu expareja es lo peor del mundo?
Sientes ira, que sale de alguna parte de tu cuerpo. Esa es mi impresión.
Crees que con esa emoción mantienes a esa persona lejos de ti, para que no te vuelva a hacer daño.
A su vez, sientes que tienes que vengarte por todo lo que has perdido, gracias su incapacidad de lucha por tí y tu familia.
Necesitas que él repare el daño que te ha hecho a ti.
Le haces saber a través del enfado, que te debe todo lo que has hecho por él, el tiempo que has perdido, el cariño y dedicación que le has dado…
Hay algo que puede que no sepas, al sentir ira por tu expareja de alguna manera sigues conectada a ella.
Esa emoción te ata de una forma dañina.
Debes dejarla ir, esa es la solución.
Tu evolución y crecimiento es dejar de sentir algo negativo por esa persona.
En ese momento, serás libre.
Cuando no actuas de acuerdo a tus creencias y valores te sientes mal contigo misma afectando a la valoración que haces de tí.
Por el contrario, cuando ves ejemplos de personas coherentes con su pensamiento o sus valores, sientes admiración por ellas en casi todos los casos.
Analiza ahora este aspecto de tu vida y, en caso necesario, trata de encontrar vías para armonizarlo.
Pregúntate:
¿Qué tipo de persona te gustaría ser?
¿Qué valores querrías que gobernasen tu vida?
¿Coinciden tus valores ideales, con los valores que guían tu vida en este momento?
En caso negativo, ¿qué crees que te dificulta llevarlos a la práctica?
¿Podrías hacer algún cambio para hacerlos más coherentes?
El objetivo de estas preguntas está pensado para ayudarte a armonizar tu vida y con ello, liberarte del malestar interior.
Hay que enfocarlo siempre desde la responsabilidad, nunca desde la culpa.
Identifica, reconoce y actua, no juzgues ni culpabilices.

2. ¿No tienes comunicación con tu expareja?
Al principio, es normal y bueno que haya el mínimo contacto con la expareja, para ir trabajando el desapego emocional (Aunque puede ocurrir estando juntos).
Sin embargo, teniendo hijos en algún momento, quizás cuando te veas más fuerte, la comunicación se tiene que restablecer, hablando siempre por el bien del menor.
Tienes que seguir manteniendo el contacto con tu expareja siendo consciente, aunque estés reticente, de que es necesaria una buena comunicación.
Es posible que en un primer momento no lo creas, pero tú puedes hacer mucho para que esa comunicación sea un diálogo positivo y eficaz.
Aquí, te quiero pedir que lo hagas por ti. Sin duda por tus hijos/as también, pero sobre todo por ti.
Tenemos la idea errónea de que a mí no me importa estar mal, pero que a mis hijos no les pase nada.
ERROR
Piensa por un momento, si tú no estás bien, ¿Cómo le vas a transmitir bienestar a tus peques?
La primera que tiene que sanar sus heridas eres tú, para asumir tu responsabilidad real como madre.
1.Atiende tus emociones
2. Comunícate de manera cordial y colabora en lo que te sea posible
3. ¿Aparece la manipulación hacia los/as hijos/as?
La manipulación o alineación parental como le llaman algunos autores puede ser muy peligrosa.
Educar y establecer relaciones tóxicas con los /as hijos/as puede tener repercusiones a nivel psicológico irreversibles para ellos/as.
Se puede dar tanto en el padre como en la madre. y se sabe a ciencia cierta que es algo dañino para el menor.
Te propongo que analices si vives una situación de manipulación hacia tus peques.
¿Te señalan a tí o crees que lo hace el otro progenitor?
En estos casos hay que parar y reflexionar, da igual de donde proceda la manipulación.
Anque la persona manipuladora siga con sus acciones dañinas, las víctimas pueden y deben poner límites a través de actuaciones adecuadas.
Para que haya un maltratador tiene que que haber siempre una víctima. Por lo tanto piensa y escribe en un papel…
¿Por qué actúo/a de esa manera?
¿Qué daño me estoy haciendo a mí o se hace él?
¿Qué necesidad cubro/e?
¿Qué quiero conseguir comportándome así o qué quiere conseguir la otra persona?
Desde mi punto de vista es una manera de controlar y una lucha de poderes.
Como decía antes, una necesidad de devolver el daño recibido de quien se ve fuerte y aprecia al otro/a débil.
Piensa bien, en este caso a quién haces daño realmente siendo víctima o haciendo que eso ocurra.
¿Quieres crecer como persona y actuar con honestidad hacia tu familia?
Trabaja estos puntos y cambia tus hábitos de comunicación y emocionales.
Piensa sin sentimientos negativos, como un acto de honestidad y corrige ese comportamiento.
Sin duda, esto que te digo puede abrir heridas y sentirlo como una agresión.
No es fácil ni agradable.
Pero es necesario crear conciencia para que esta situación de manipulación quede en los mínimos casos posibles.
NO hay que involucrar a los hijos/as en vuestras rencillas, ellos/as deben estar al margen.
El menor debe convivir con ambos progenitores en buenas condiciones.
Una persona con baja autoestima, que se da poco valor, no sabe decir que no.
Siente que tiene pocos recursos, que no se merece que le pasen cosas buenas.
Si sientes que esta es tu postura, analiza porqué y ponte manos a la obra.
Si te has separado es para estar MEJOR, no para seguir sin libertad , viendo menos a tu peque y con más deudas.
Tus vivencias, crianza y biología influyen sobre tus elecciones y actos.
Es importante saber qué tan cuidada estuviste de niña.
Si hay alguna herida, es crucial sanarla para que no se haga dueña de tu presente.
4. ¿Te has dado cuenta que no tienes poderío personal?
Siguiendo con el hilo anterior.
En este punto voy a hablar de la inseguridad personal.
Si tienes una autoestima baja, a la hora de elegir pareja, puedes hacerlo no en función de sus valores y en cómo se puedan complementar.
Puedes buscar parejas que refuercen tu imagen hacia el exterior, aportando belleza, estatus, protección…O que reafirmen tu propio concepto de “pareja de…”
Son necesidades innatas. que no analizas ni te cuestionas cuando conoces a una persona y la eliges como pareja.
Tus actos y elecciones en un primer momento parecen reflexivos y bien meditados.
Pero cuando te das cuenta que has besado a otro sapo. Te preguntas, ¿Pero si esta vez era el bueno?
Me atrevo a decir que la mayoría de las elecciones que haces en un primer momento son inconscientes.
Para hacerlo lógico en segundo lugar las racionalizas y las incluyes en tus recuerdos.
La clave está en hacer conscientes dichos patrones inconscientes, para así realizar elecciones más libres y ajustadas a lo que realmente quieres para tu vida.
Te invito a que practiques estos dos ejercicios y seas más consciente de tus hábitos mentales.
GATILLOS EMOCIONALES
Esta actividad consite en que identifiques tus gatillos emocionales, es decir, algún miedo o sentimiento negativo que ha quedado guardado o latente.
Es reactivado cuando sucede una situación semejante en el presente.
Cambia la época, los personajes… pero la reacción siempre es la misma.
Por ejemplo las cosas que nos dan rabia nos siguen dando coraje siempre que se repitan.
Toma una libreta y cuando un pensamiento, acto, palabra, hecho…te provoque una reacción anótala.
Analiza porqué se produce.
Y si tienes necesidad de modificarla.
Establece:
¿Qué parte de tu personalidad crees que es heredada y cual está influenciada por el entorno?
¿Qué cambiarías y qué te gusta de ella?
En el video tienes información para hacer el ejercicio la Línea de la Vida.
Actúa, estamos en una cambio de era, en una crisis mundial de la que saldremos más fuertes.
Aunque también y parafrasenado a psicoactiva.
Muchas veces es mejor olvidar lo que una siente y recordar lo que una vale.
María Morillo